22 de noviembre de 2011

Formando “Abogados Zombis”: La teoría de Duncan Kennedybajo la visión de la modernidad líquida de Zygmunt Bauman I


Las perspectivas a partir de las cuales se aborda el estudio del fenómeno jurídico, denominado “Derecho”, depende en gran medida en la manera en la que percibamos la realidad, nuestra realidad, y sea adicionada con toda una carga de ideología y vivencias personales sobre el derecho y su estudio y práctica. Dice el Dr. Enrique Cáceres Nieto, que “las teorías generales del derecho tienen un carácter constitutivo, al determinar diversas formas de percibir y pensar el fenómeno jurídico, sin que haya ninguna entidad externa ajena a dichos modelos del mundo con la cual referenciarlas”.[1]  Estas teorías parten de constructos, denotando por ello, al condicionamiento de pensamientos, sentimientos, teorías y comportamientos ante la presencia en nuestras mentes de lo que estimamos como nuestra realidad. Estas teorías, bajo una visión analítica-constructivista, son “meros constructos de realidades particulares, son elementos de un binomio cognitivo-conductual”.[2]

De esta forma, puedo aseverar que las teorías jurídicas se erigen como constructos mentales de los filósofos del derecho, a partir de los cuales van creando sus esquemas cognitivos, algunos partiendo de los constructos elaborados previamente por otros estudiosos del derecho, en la cual la teoría jurídica que sea aceptada es aquella que presente menor cantidad de elementos de vulneración al esquema cognitivo, en lo que se menciona y conoce como la “Inducción a la mejor Teoría”.

En este sentido, Luis J. Molina Piñeiro afirma que existen dos constantes que vinculan el quehacer científico con las realidades sociales, que son “la circunstancialización y el relativismo teórico, sobre todo de las que hacen referencia a la práctica política, o sea su vinculación condicionante y aún determinante por la realidad social-histórica y geográfica que las genera; y la flexibilidad y variabilidad de los métodos y las técnicas de investigación para describir, y en su caso, interpretar el sentido de las acciones políticas y jurídicas”.[3]

Sentado lo anterior, existen teorías que generan una mayor convicción sobre los estudiosos del derecho, aunado a lo que líneas arriba he designado como la “Inducción a la mejor Teoría”, porque agregan elementos de análisis al fenómeno jurídico, en concreto, factores externos del propio derecho, elementos multidisciplinarios. Dentro de este punto estimo trascendental aquellas teorías o movimientos que reconocen el factor político y de poder que rodea al derecho.

Así, nos encontramos con las teorías críticas del derecho, en específico los Critical Legal Studies, mismas que dentro del relativismo teórico ya aducido, resaltan elementos de particular interés en mi particular visión del derecho, tomando en consideración precisamente esas circunstancias, de toda índole, que van definiendo la forma en que se van formando los juristas, desde los primeros años de contacto con la profesión de abogado, así como el reconocimiento del elemento político dentro de la forma en cómo se ejerce y se estudia el derecho.  Ese elemento político que Zygmunt Bauman reconoce que fluye de manera vertiginosa, libre de trabas y barreras, con una naturaleza extraterritorial, que viaja liviano, con un portátil y un celular en la mano para realizar negocios.

De esta manera, el texto del jurista Duncan Kennedy[4] denominado “Legal Education and the Reproduction of Hierarchy: A Polemic against the System (La Educación Legal como Preparación para la Jerarquía)”[5] sirve para poner en contexto lo que he mencionado anteriormente, tomando como impulso para expresar algunas consideraciones sobre el derecho, desde la tendencia epistémica de las teorías críticas del derecho.

Realizaré breves comentarios respecto de las posturas epistémicas y sus principales influencias jurídicas y filosóficas, así como las estructuras cognitivas e ideológicas básicas del pensamiento de Duncan Kennedy, que han sido plasmadas en diversos artículos que ha publicado dicho teórico del derecho, principalmente en aquel señalado como ‘La Educación Legal como Preparación para la Jerarquía’, inyectándole la visión y análisis de la “modernidad líquida” del filósofo polaco Zygmunt Bauman.

Aprecio que la teoría de la modernidad líquida de Bauman resalta los papeles de la política y la economía los cuales resultan trascendentales para entender la nueva modernidad que vivimos que aparentemente tiene una cualidad de otorgar libertad a los individuos, como lo expondrá Kennedy. Una realidad que es fluida y sin forma, semejante a una realidad líquida, en donde los gobernantes viven con un serio desprendimiento del factor territorial y de Nación, en donde las pautas y configuraciones, apunta Bauman, ya no están determinadas y no resultan autoevidentes de ningún modo.  Bauman señala que tales pautas y configuraciones de la modernidad no recaen sobre una sociedad, sino sobre los individuos que deben construir y moldear sus esquemas de vida, interactuar con ellas y entre ellos mismos; moldeables hasta el grado mismo de considerarlas como un fluido, como una realidad líquida.  Dicha metáfora empleada por Bauman es la que quiero aplicar al campo de la formación de jurista en las escuelas de Derecho, bajo una realidad líquida.

Es por ello que completando los pensamiento de Kennedy y Bauman, encuentro que aquello que el filósofo polaco, denomina “los muertos vivientes o zombis”, dentro de una sociedad con un liderazgo acéfalo, y a la vez, con millones de cabezas, indicando el camino a seguir, una multiplicidad de caminos que restan importancia al destino final que lleven, siempre que se mantenga en el camino, un sendero que brinda vitalidad a un estilo de vida muerto, al puro estilo “zombi”; siguiendo modelos de vida que están muertos, inútiles para la sociedad, tal es el caso de la educación legal, creando “abogados zombis”, que prefieren mantenerse en el camino de la modernidad, utilizando la retórica en vez de argumentos materiales, aportando quejas y argumentos sin que impliquen soluciones concretas a su realidad, son acciones frugales e inútiles, haciendo pensar que la institución del Derecho, está viviendo muerta.

 


[1] Cáceres Nieto, Enrique, Constructivismo Jurídico y Metateoría del Derecho, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2007, pág. XIV
[2] Ibídem, pág. XV.
[3] Molina Piñeiro, Luis J. Temas de Sociología Jurídica, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1998, pág. 1.
[4] Duncan Kennedy nació en Washington D.C. en el año de 1942, estudió economía en la Universidad de Harvard y Derecho en la Universidad de Yale; en el año 2005, la Universidad de Ámsterdam le otorgó un Doctorado Honoris Causa en Derecho Privado, y recientemente en el año 2010, la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia, le otorgó un Doctorado Honoris Causa en Derecho. Actualmente se desempeña como profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard. Es considerado uno de los fundadores del movimiento de los Critical Legal Studies y su postura suele ser considerada como ‘irracionalista’, en tanto postula que un ataque posmodernista al discurso jurídico puede tener efectos ‘emancipatorios’ que faciliten la transformación del sistema en uno más humano e igualitario. Página web: http://www.duncankennedy.net/home.html
[5] Kennedy, Duncan, Legal Education and the Reproduction of Hierarchy: A Polemic against the System (La Educación Legal como Preparación para la Jerarquía) publicado en DAVID KAIRY’S (ed.), The Politics of Law, Nueva York, Pantheon, 2a ed., 1990. Publicado en español en COURTIS, C. (Comp.), Desde otra mirada, Buenos Aires, Eudeba, 2000.  Traducido por María Luisa Piqué y Christian Courtis.  Este artículo pude consultarlo al día 12 de noviembre de 2011 en la página web http://www.duncankennedy.net/documents/Photo%20articles/La%20educacion%20legal%20como%20preparacion%20para%20la%20jerarquia_Academia.pdf

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